Tranza Poética

"Creo que cada poema es un mundo. Un mundo y aparte. Un territorio cercado, al que no deben penetrar totalmente indocumentados, los huecos, los desapasionados, los censores, los líricamente desmadrados. Un poemínimo es un mundo, sí, pero a veces advierto que he descubierto una galaxia y que los años luz no cuentan sino como referencia, muy vaga referencia, porque el poemínimo está a la vuelta de la esquina o en la siguiente parada del Metro. Un poemínimo es una mariposa loca, capturada a tiempo y a tiempo sometida al rigor de la camisa de fuerza. Y no lo toques ya más, que así es la cosa. la cosa loca, lo imprevisible, lo que te cae encima o tan sólo te roza la estrecha entendedera -y ya se te hizo".
Efraín Huerta

14 de julio de 2007

'Copelas' o cuello, dijo una peluquera

El joven se dijo 'buena onda' le dio la oportunidad a su posible víctima de ofrecer una cantidad mayor para perdonarle la vida
Israel Piña


Guadalajara, México (15 julio 2007).- Además del cabello, una peluquera supuestamente le quería cortar el cuello a un hombre por antiguas deudas.
Eran las 20:15 horas cuando Enrique Muñoz Mejía, de 40 años, se paró en la esquina de la Calle Milán y Avenida Gobernador Curiel, en la Colonia Morelos, Municipio de Guadalajara.
Casi enseguida se acercó a él Guillermo Limón Álvarez, de 25 años.
De inmediato vino la sorpresa: el joven mostró fotografías y documentos con información personal de Muñoz Mejía, como la dirección y datos de su vehículo.
Limón Álvarez le confesó Muñoz Mejía que tenía la consigna de asesinarlo. Para ello le habían pagado 20 mil pesos.
Pero como el joven se dijo "buena onda", le dio la oportunidad a su posible víctima de ofrecer una cantidad mayor para perdonarle la vida.
Por suerte, una patrulla pasó en plena negociación, informó la Dirección de Seguridad Pública de Guadalajara.
Muñoz Mejía no dudó en llamar a los policías para denunciar la extorsión.
Limón Álvarez se "echó para atrás" y ante los uniformados sostuvo que él únicamente le había ido a avisar a Muñoz Mejía que otra persona lo mataría.
Incluso proporcionó a las autoridades la identidad de la autora intelectual del plan criminal: se trataba de la peluquera de la familia de Muñoz Mejía.
El extorsionado, por su parte, mencionó que tenía problemas con la estilista porque ella nunca había saldado con su esposa una deuda por un teléfono vendido.
Será un agente del Ministerio Público quien desenrede la historia de la presunta peluquera malvada.

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Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

Julio Cortázar