La ambulancia y los bomberos de Tlaquepaque no llegaron con la rapidez acostumbrada porque el laberinto que forman las calles de la Colonia Las Flores no lo permiten, pues no tienen nomenclatura ni pavimento, pero sí grandes baches.
Los paramédicos llegaron hasta la casa construida en la punta de un cerro y al lado de un cementerio, en el cruce de Orquídea y Crisantemo, el cual sólo aparece en el mapa porque en realidad no hay más que viviendas que parecen estar amontonadas.
Los técnicos en urgencias vieron desde abajo a los niños entre el humo y las llamas.
"Son nueve menores y están atrapados. Mándame más apoyo porque al parecer están intoxicados", dijo por radio a la cabina del puesto de socorro uno de los paramédicos.
Los rescatistas subieron hasta el lugar por la azotea de otra casa y cayeron en la cuenta de que el reporte era falso: estaban los niños, eran ocho hermanos, cinco hombres y tres mujeres, pero no se encontraban intoxicados ni atrapados.
Sólo estaban allí con botes y cubetas en mano, sonrientes, relajados, como héroes: habían sofocado ellos mismos el fuego antes de que los bomberos llegaran, casi en punto de las 17:00 horas.
El refrigerador, un mueble que fungía como mesa y varias prendas de ropa no se salvaron, pero los menores evitaron que el incendio provocado al parecer por un corto circuito y una fuga de gas se propagara a los hogares contiguos.
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