Tranza Poética

"Creo que cada poema es un mundo. Un mundo y aparte. Un territorio cercado, al que no deben penetrar totalmente indocumentados, los huecos, los desapasionados, los censores, los líricamente desmadrados. Un poemínimo es un mundo, sí, pero a veces advierto que he descubierto una galaxia y que los años luz no cuentan sino como referencia, muy vaga referencia, porque el poemínimo está a la vuelta de la esquina o en la siguiente parada del Metro. Un poemínimo es una mariposa loca, capturada a tiempo y a tiempo sometida al rigor de la camisa de fuerza. Y no lo toques ya más, que así es la cosa. la cosa loca, lo imprevisible, lo que te cae encima o tan sólo te roza la estrecha entendedera -y ya se te hizo".
Efraín Huerta

5 de agosto de 2007

De tragedia en tragedia

Israel Piña


Desde hace un año doña Juana Velázquez Pérez, de 49 años, ya no siente lo duro, sino lo tupido.


El 3 de junio de 2006 su yerno murió atropellado y ella tuvo que encargarse de todos los gastos, que de por sí ya eran bastantes pues tuvo nueve hijos y a casi todos los mantuvo al quedar viuda.


Por si fuera poco, por esas fechas la despidieron de su empleo como cocinera, el menor de sus hijos perdió el ojo derecho y una de sus hijas tiene quince días recluida, acusada por venta de drogas.


Ahora tendrá que enfrentar no sólo sus tragedias cotidianas, sino también a las autoridades que ayer la detuvieron junto con Trinidad Gaitán Ojeda, de 86 años, con aproximadamente siete kilos de mariguana en un lote baldío del Ejido López Mateos, en el bosque de la Primavera.


Además llevaban dos botes de tiner de 19 litros cada uno, otro litro en una botella de refresco y dos armas de fuego que pertenecen al anciano: una escopeta calibre 22 con 15 tiros útiles al calibre, y un revólver calibre 32 con 23 tiros útiles.


"Yo he estado enferma, como con muchos nervios y depresión desde que me avisaron que mi yerno cayó muerto, (después) el patrón me mandó decir que ya no me presentara. Y a uno (de los hijos) me lo navajearon hace uno año y quedó mal el muchacho, pero pues también es vicioso y entonces él ya no puede trabajar porque como le picaron los pulmones duró nueve meses en terapia.


"Hace 15 días se metieron a la casa de mi hija, no le encontraron nada (de enervantes) pero se la llevaron a la penal y ahora yo tengo tres niños de ella ahí (en casa)", narró doña Juana.


Intentó salir adelante con la venta de dulces, chicharrones, pepinos y nieve en la puerta de su casa, en la Colonia Santa Ana Tepatiltán, en Zapopan.


Pero las ganancias no le alcanzan para darle de comer a cuatro de sus hijos y dos nietas, y mucho menos para curar su depresión.


Luego pagó algunas deudas con más deudas: obtuvo un crédito a cuatro meses en una caja de ahorro popular y un préstamo de mil quinientos pesos por parte de una amiga.


"Estoy abonando todavía gastos, todavía debo de la muerte de mi yerno porque no me ayudaron para gastos. También pedí dinero para sacar a mi hijo del hospital porque el que lo novajeó no me ayudó ni tampoco el que mató a mi yerno", aseguró Doña Juana.


Por eso, hace seis meses, se le ocurrió vender droga.

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Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

Julio Cortázar